Tarot Osho Zen

Plenitud
Esta figura está de pie sola, silenciosa, y aun así alerta. Su ser interior está lleno de flores: porta la cualidad de la primavera y se regenera a donde quiera que vaya. Este florecimiento interior y esta totalidad que siente permiten la posibilidad de un movimiento ilimitado. Puede ir en cualquier dirección: interior y exterior; no existe ninguna diferencia, ya que su gozo y madurez no pueden ser disminuidos por los hechos externos.
Ha llegado a una época de centramiento y expansión; el fulgor blanco a su alrededor es su protección y su luz. Todas las experiencias de la vida la han conducido a este momento de perfección.
* Cuando sacas esta carta sabes bien que este momento implica un regalo por el duro trabajo. Tu base es sólida ahora, y el éxito y la buena fortuna son tuyos ya que son el resultado de lo que has experimentado interiormente.
La distinción entre las hierbas y las flores es la misma que hay entre tú cuando no sabes que eres un buda y el momento en que sabes lo que eres. En realidad no hay posibilidad de que sea de otra manera. Buda ha florecido, completamente abierto. Sus lotos, sus pétalos han llegado a una plenitud…
Desde luego, el que en tu interior rebose la primavera es mucho más hermoso que las gotas de rocío del otoño sobre las hojas del loto. Esta es una de las cosas más hermosas a observar: cómo las gotas de rocío otoñales se deslizan sobre las hojas del loto y brillan al sol de la mañana como perlas reales. Pero, por supuesto, ésta es una experiencia momentánea. A medida que el sol se eleva, las gotas de rocío empiezan a evaporarse…
Ciertamente, esta belleza temporal no puede compararse con una primavera eterna de tu ser. Miras hacia atrás tanto como puedes y descubres que siempre ha estado ahí. Miras hacia adelante tanto como puedes y te vas a sorprender: es tu propio ser. Dondequiera que estés, aquello estará ahí y las flores continuarán lloviendo sobre ti. Esta es la primavera espiritual.
OSHO, No Mind: The flowers of Eternity, cap. 5