Tarot Osho Zen

El Maestro
El maestro, en el zen, no es un maestro de otros sino un maestro de sí mismo. Cada uno de sus gestos y cada una de sus palabras reflejan su estado de iluminación. No tiene metas privadas ni deseo de que las cosas tengan que ser diferentes de lo que son. Sus discípulos se reúnen a su alrededor no para seguirle, sino para absorber su presencia y sentirse inspirados con su ejemplo. Ante su mirada encuentran su propia verdad reflejada, y ante su silencio pueden entrar más fácilmente en el silencio de sus propios seres.
El maestro da la bienvenida a los discípulos no porque quiera dirigirlos, sino porque tiene mucho que compartir. Juntos crean un campo de energía que apoya a cada individuo único en la búsqueda de su propia luz.
* Si puedes encontrar un maestro así, eres bienaventurado. Si no puedes, continúa buscando. Aprende de los profesores y de los aspirantes a maestros, y reanuda tu viaje. <<Charaiveti, charaiveti>>, dice Gautama el Buda: sigue andando.
Más allá de la mente existe una conciencia que es intrínseca y no deviene del exterior; pero no existe aún ningún experimento que haya encontrado el lugar del cerebro donde se sitúe la conciencia. El objetivo de la meditación es hacerte consciente de todo lo que es mente, para que te desligues de ésta. Esa separación supone la mayor revolución que le puede suceder al hombre. Desde ese momento tu vida es una continua celebración porque no necesitas hacer nada que te hiera ni que te haga desdichado. Puedes hacer sólo aquello que te hace feliz y que hace que tu vida sea una obra de arte llena de belleza.
Mas esto sólo es posible si el maestro que reside en ti está despierto. Ahora está dormido profundamente, y la mente (el siervo) está jugando el papel del maestro. Ése no es tu siervo; ha sido creado por tu mundo exterior y le obedece. Ésta es la tragedia de la humanidad: estás dormido y el mundo exterior te está dominando; él modela tu mente y la convierte en una marioneta. Pero una vez que tu conciencia se convierte en una llama, arde eliminando toda la esclavitud que la mente ha creado, y no hay dicha más preciada que la libertad, que ser el maestro de tu propio destino.
OSHO, Beyond Enlightment, disc. 30